5 Reunió a los sacerdotes y a los levitas y les dijo: «Recorred las
ciudades de Judá y juntad cada año plata en todo Israel para reparar la Casa
de vuestro Dios; y daos prisa en ello.» Pero los levitas no se dieron prisa.
6 Llamó entonces el rey a Yehoyadá, sumo sacerdote, y le dijo: «¿Por
qué no has tenido cuidado de que los levitas trajesen de Judá y de Jerusalén
la contribución que Moisés, siervo de Yahveh, y la asamblea de Israel
prescribieron para la Tienda del Testimonio?»
7 Pues la impía Atalía y sus hijos habían arruinado la Casa de Dios,
llegando incluso a emplear para los Baales todas las cosas consagradas a la
Casa de Yahveh.
8 Mandó, pues, el rey que se hiciera un cofre, que fue colocado junto a
la puerta de la Casa de Yahveh, por la parte exterior;